Se utiliza para ayudar a detectar enfermedades del intestino delgado, del colon y de otros órganos internos, y generalmente se utiliza para determinar la causa de un dolor al que no se le encuentra una explicación.
Ayuda a evaluar lesiones en la cabeza, dolores de cabeza severos, mareos, y otros síntomas de aneurisma, sangrado, derrame cerebral y tumores cerebrales. También ayuda a su médico a evaluar su cara, senos paranasales, y cráneo, o a planear la radioterapia para el cáncer de cerebro. En casos de emergencia, puede identificar lesiones y hemorragias internas lo suficientemente rápido como para ayudar a salvar vidas.
Permite diagnosticar infecciones, tumores, fracturas y hemorragias internas entre otras patologías.
Ayuda a diagnosticar la causa de una tos sin explicación, la falta de aliento, el dolor de pecho, la fiebre y otros síntomas del pecho.
*Los anteriores son algunos de los tipos de TAC que se pueden realizar.